PERFIL DEL ARTISTA, SURREALISTA COSMICO VIBRANTE
Francisco Sánchez Gil. Es un artista polifacético que abre las puertas de su huella personal. Este pintor, escultor, poeta y restaurador, entre otros oficios, aporta a la escena plástica de Marbella, el pueblo que le vio nacer y crecer en lo personal y en lo artístico. Su arte surrealista cósmico vibrante. Sánchez Gil no es un artista curtido en academias de arte: es un autodidacta, cuyo aprendizaje surge de la escuela de la vida y de tener mucho mundo andado, como él mismo señala. Creativo e inquieto por naturaleza, Sánchez Gil pinta prácticamente todos los días del año. Para este polifacético artista, transmitir su visión fragmentada de la realidad es tan necesario como respirar. Sincero y directo, expresa a través de sus composiciones, llenas de color, sus opiniones y semanera de entender la vida, aunque, abecés, sobrevuele la incomprensión exterior. A pesar de los obstáculos que han dificultado su trayectoria artística. Sánchez gil ha permanecido fiel a su autodenominado estilo surrealista cósmico vibrante. surrealismo . surrealismo, por su interpretación onírica de los objetos, por ver más allá de la de finición estándar. Cósmico, por reflejar aquello que está ahí y no vemos. Y vibrante porque siente lo que crea y anhela transmitir el espíritu de cada obra. Muchos de sus cuadros incluyen telones y escenarios de teatro, muros con ventanas y ojos, porque, según él, ? siempre hay alguien que observa una escena de teatro de la vida ?. pero también forman parte de su inspiración los toros y los toreros, las personas sin rostro, los payasos, las peras y las sandias, los animales, los instrumentos de música , o incluso, Mickey Mouse. El color es indispensable en sus pinturas. El artista marbellí siente especial admiración por los toros. Expresa los cuernos del toro como tozos de sandia. Controvertido, afirma estar a favor de la fiesta taurina, pero no del trágico final del astado. Los mismos cuadros de este creador le sirven de inspiración para sus esculturas. Es en su casa donde este artista da rienda suelta a su ingenio y modela, e incluso ´ desfigura, todo lo que llega a sus manos. Materiales que alguien pensó que ya no servían y esperaban su final en los contenedores de basura hasta que Sánchez Gil les dio otra oportunidad, ? aquello que nadie quiere también puede ser arte ? defiende el creador. Metales, maderas, cristales, cajas de cartón, telas... son las materias primas de muchas de sus esculturas o, como él denomina, ´poemas objetos ´. La poesía también es una de sus vías para plasmar, incluso, aquellas historias que no le gustan y preferiría que no ocurriesen. Su constancia diaria le ha llevado a exponer en salas nacionales e internacionales.
Marisa Guerrero
Reconforta comprobar que ciertos artistas, como Francisco Sánchez Gil, no se doblegan ante criterios interesados o tendencias partidistas, y continúan fielmente con su peculiar ideario estético. Pinturas, bocetos, esculturas, ensamblajes..., cualquier material es susceptible de ser trocado, manipulado e incluso degradado por este marbellero inquieto y vivaracho. Y no es para menos, pues su desbordante imaginación posibilita toda conjunción, real o ficticia, de técnicas y elementos con frecuencia antagónicos. Sin embargo, su mayor virtud estriba, a mi juicio, en la valentía insobornable a plasmar su universo personal con un lenguaje propio y singularísimo, reconocible en las formas externas pero imprevisible en su intención postrera. Un lenguaje, en definitiva, que anuncia desde hace muchos años la valía de un autor completo y complejo, seguro e innovador, un nombre ineludible para una posmodernidad ahíta de provocación y necesitada de propuestas coherentes y estructuradas.
José Manuel Sanjuán
Historiador de Arte